Entrevista publicada en emol.com
En noviembre de 2020, nuestro país anunció la “Estrategia Nacional del Hidrógeno Verde” como parte del esfuerzo de descarbonizar la economía chilena y transformar al país en un exportador neto de energía limpia, se espera que para el 2025 y 2030 ya existan capacidades instaladas en esta industria.
Existe un amplio consenso de mundo público, privado y académico, que esto representa una oportunidad con el potencial de provocar un gran impacto en nuestro desarrollo económico y en aquellas empresas que sean capaces de capturar, absorber o producir esta tecnología. La posibilidad de crear valor involucra no solo el tremendo potencial exportador, también la coordinación local y relacionamiento de los que participan de este ecosistema para la creación e innovación en nuevos tipos de usos.

Chile entonces, presenta un entorno emergente y dinámico, que está conformado por oportunidades y amenazas comerciales y tecnológicas que modificarán las reglas del mercado y de los sectores involucrados. El desafío requiere que las empresas interesadas en desarrollar proyectos de Hidrógeno Verde comprendan con velocidad que deben comprometerse con definiciones y estructuras claras de innovación que las habiliten para gestionarla a través de procesos sistemáticos que puedan repetir y escalar para generar proyectos de cara a un mercado global. Junto a esto, deben invertir en la incorporación de capacidades que hacen posible innovar, en particular, aquellas que permiten identificar y dar forma a las oportunidades, aprovechar las oportunidades, y reconfigurar los recursos que la organización posee, con el propósito de mejorar su desempeño y competitividad.
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